Un huevo con sorpresa - Mª Rosa Negrín


Un huevo con sorpresa

Mamá gallina dejó una sorpresa
justo debajo de esta misma mesa.
Puso un huevito en su tibio nidito.

Un “pic-pic” estoy sintiendo…
¡Uy, la cáscara se está rompiendo!
Vamos a ver qué sorpresa
nos dejó la gallina Teresa.

Abro un poquito…
¿qué veo? ¡Un piquito!
Abro un pocote…
¡Dos ojos grandotes!
Abro un montón…
¡Un pollito barrigón!

Ahora cierro el huevito
¡y a dormirse, mis pollitos!



Mª Rosa Negrín

Mamá gallina - Mª Lourdes García Jiménez


Mamá Gallina

Una gallina muy loca,
que alborota en el corral,
ha perdido su huevito
y no sabe donde está.

Corretea por los nidos,
pregunta aquí y allá,
¿quién ha visto su huevito?
¿su huevito donde está?

El gallo que es detective,
sopesa la situación,
¿como ha podido perderse
ese huevito en cuestión?.

Esto es muy raro,
nunca ha ocurrido,
yo tengo que descubrir
que le ha pasado al huevito.

Se dirige al gallinero,
echa un vistazo en el nido,
y descubre con sorpresa
todo lo que ha ocurrido.

El huevito ha madurado
y ha nacido un pollito,
y como es tan pequeño
del nido se había caído.


Mª Lourdes García Jiménez

El gallo despertador - Gloria Fuertes

El gallo despertador

Kikirikí,
estoy aquí,
decía el gallo
Colibrí.

El gallo Colibrí
era pelirrojo,
y era su traje
de hermoso plumaje.

Kikirikí.
                                                       
Levántate campesino,
que ya está el sol
de camino.

—Kikirikí.

Levántate labrador,
despierta con alegría,
que viene el día.

Kikiriki.

Niños del pueblo
despertad con el ole,
que os esperan en el «cole».

El pueblo no necesita reloj,
le vale el gallo despertador.
                                                                   

Gloria Fuertes

La gallinita - Gloria Fuertes


La Gallinita

La gallinita,
en el gallinero,
dice a su amiga:
-cuánto te quiero.

Gallinita rubia
llorará luego,
ahora canta:
-aquí te espero...

"Aquí te espero,
  poniendo un huevo",
 me dio la tos
y puse dos.

Pensé en mi ama,
¡qué pobre es!
Me dio penita...
¡Y puse tres!

Como tardaste,
esperé un rato
poniendo huevos,
¡y puse cuatro!

Mi ama me vende
a doña Luz.
¡Yo con arroz!
¡Qué ingratitud!

Gloria Fuertes

Los elefantes grandes - Isabel Sánchez


Los elefantes grandes

Los elefantes grandes
van de paseo
y los elefantitos,
hoy sin recreo.

Porque mamá elefante
los castigó
por no saber en clase
bien la lección.

Y ellos obedientes,
tratan de aprender ,
cuatro y una, cinco
cinco y una, seis.

Y para no olvidarlo
para otra vez,
lo escriben con sus trompa
en la pared.

Isabel Sánchez


La delfina Marcelina - Gloria Fuertes


La delfina Marcelina

La delfina
Marcelina
salta en la piscina,
de esquina a esquina.

Si salta bien,
a la delfina,
Marcelina
le dan una sardina.

Serafín,
el delfín,
llega el último
de la cola,
en la carrera
sobre la ola.

Marioca,
la foca,
sobre la roca,
sostiene en su cabeza
una pelota.

Gloria Fuertes


La cigüeña - María A. Domínguez


La Cigüeña

La cigüeña
ya ha llegado
y hace su nido
muy alto.

La cigüeña
está en la torre
y nos mira
desde allí.

¡Ven aquí
cigüeña linda!
¡Quédate quieta ahí!
No te muevas
ni un momento
¡Deja que te mire así!

María A. Domínguez

Nana de la cigüeña - Rafael Alberti


Nana de la cigüeña

Que no me digan a mí,
que el canto de la cigüeña
no es bueno para dormir.

Si la cigüeña canta
arriba en el campanario,
que no me digan a mí
 que no es del cielo su canto.

Rafael Alberti

El caracol Martín - María Alicia Esaín


El caracol Martín

Una vez en mi jardín
pasó algo extraordinario:
se vio al caracol Martín
sentado leyendo el diario. 

Le pregunté preocupada:
—Oiga señor, ¿qué le pasa?
Él me dijo tristemente:
—Aquí ando, buscando casa
—¿Qué ha pasado con la suya?
—fue mi pregunta inmediata.

—La he perdido —dijo el pobre— 
¡Un auto casi me mata!
—No se aflija, Don Martín
—le contestó mi hermanita
y en un momento le puso
sobre el lomo, una cajita.

Entonces el caracol
se fue a dormir muy contento
porque en lugar de una casa…
¡Tenía temperamento!

María Alicia Esaín

El caracol Babacol - Marisa Alonso


El caracol Babacol

El caracol Babacol
saca los cuernos al sol,
y duerme tranquilamente
en una hoja de col.

Una ráfaga de viento
le ha tirado de la hoja,
le lleva con mucha fuerza
rodando hecho una bola.

Metido dentro de casa
el caracol mareado,
no se atreve a salir
aunque el viento ya ha parado.

Abre los ojos despacio,
su casa no tiene daños,
con todo lo que ha rodado
se ha salvado de milagro.

Al fin asoma los cuernos
y queda maravillado,
¡todo está lleno de hojas!
lechugas, coles y nubes.

Este lugar es precioso,
le gusta para vivir,
la casa la lleva a cuestas
sólo debe decidir.

No hay mal que por bien no venga,
piensa feliz y contento,
el caracol Babacol
ya no tiene miedo al viento.

Marisa Alonso

Manolito el caracol - Carmen Gil

Manolito el caracol

Manolito el Caracol
sale sólo si hace sol,
pues no le gusta ni un pelo
que llueva lluvia del cielo.

Es caracol de secano
-explica a todos su hermano.
-Sueña de noche y de día
con vivir en Almería.

¿Y qué hace un caracol
viviendo bajo una col,
si él lo que quiere es estar
muy cerquita de la mar?

Manolo le echa coraje,
coge todo su equipaje
y se dispone a viajar
hasta Roquetas de Mar.

¡Vaya, vaya, vaya, vaya..
pero qué enorme es la playa!
Y olvida pronto su pena
tomando el sol en la arena.

Un día llega una ola,
arrastra una caracola...
y Manolo, de repente,
se enamora locamente.

Caracola y Caracol
son felices bajo el sol:
se pasean por la orilla
de la mano y sin sombrilla.

Caracol y Caracola
ya no están solo ni sola
y se quieren a rabiar
allá en Roquetas de Mar.

Carmen Gil

Canción del caracol - Carlos Marianidi


Canción del caracol

Despacio, despacio,
que nadie me apura.
El junco se hamaca,
el río murmura.

Despacio, despacio,
sin ninguna prisa.
Viene olor a rosas
si sopla la brisa.

Despacio, despacio,
sin desesperar:
manteniendo el ritmo,
siempre he de llegar.

Carlos Marianidis

El búho - J. González Estrada

El búho

El búho
siempre pensando…
¿No te salen las cuentas,
compadre del silencio,
a ti que eres tan sabio?

Pues fíjate en mis dedos.
Si es muy sencillo.
Mira:
Una, dos, tres, cuatro…

El viejo búho se asombra
riendo por lo bajo…

J. González Estrada